FRITURA DE VINILO
De la partida del long play y sus consecuencias sobre la forma de escuchar música trata esta pintura de época atravesada por la nostalgia de lo que difícilmente regresará. “Si los setenta tuvieron fritura de vinilo y los 90 fueron digitales, nuestra actualidad ya no es ni una cosa ni la otra; es la de la soledad, ese momento donde el que escucha por lo general lo hace solo y aislado del resto”, dice el autor. Y se anima a una conclusión: “El tiempo de la música compartida ya es pasado”. Por Gerardo Fernández*