LA ESCUELA PUSO SU PARTE

Por: Iván Stoikoff / Fotos: Gala Abramovich

Mientras se escucha por undécima vez que la presencialidad volverá a ser el ordenador del sistema educativo en el 2021, aún quedan escenas escolares que no se pueden obviar. Las voces de los y las protagonistas, esa primera línea que, invisibilizada y criticada, no paró de trabajar en todo el año.

La cuarentena, en términos históricos, será un hito fundacional para la educación argentina o no será nada. Inventamos o erramos. La mirada prospectiva del ministerio es la de empezar por los de abajo para luego seguir por los de arriba. No obstante, adoptar medidas graduales que fortalezcan el sistema para los tres años de gestión por delante será plausible si de entrada el shock distributivo repone los escalones que bajó el sector en este año. De lo contrario, juntaremos las cenizas del tejido social en los años venideros.

La escuela en la intemperie

Daniela Sposato es vicedirectora del jardín Nº 926 del barrio Villegas, en Ciudad Evita. Este año fue su estreno como vice. Nada salió como pensaba. Le tocó ser sumamente ingeniosa para sostener el hilo entre el jardín y el barrio, tuvo que remendar y reinventarse. El infinitivo este año es “sostener”: ese es el verbo que reverbera en los barrios. Daniela, junto a sus compañerxs de la Celeste (Suteba) “paró” seis ollas populares y logró conectar a varias familias sin acceso a internet. Pero esto no termina. La respuesta de las bases suele ser el acto reflejo cuando la escuela está a la intemperie.

-Circularon cartas de pibes y familiares donde las maestras oficiaban de correo, cuentos, semillas, cosas para sentir que el jardín viajaba de casa en casa formando una gran trama solidaria. La maestra recuerda y sonríe con la sensación de que el año que viene no puede ser peor que este 2020.

Horacio Cárdenas es escritor, maestro de escuela y trabaja en formación docente. Una pluma conspicua para quienes caminan los largos pasillos del magisterio. Horacio –sin quererlo- tiene cosas del maestro Luis Iglesias, aquel que narrara los presentes bajo el cielo rural y la liturgia escolanovista.

-La pandemia asoló conciencia y materia, desnudó y acentuó desigualdades, fue cruel como lo es la base de los males del mundo. Primero hay que comer y vivir sanos, de eso no hay duda; pero a la hora del alimento cultural, del derecho a la poesía y al Teorema de Pitágoras, de la necesidad de conocer nuestra historia, a esa hora la pandemia impidió toda fecundidad. La alfabetización popular es presencial, tengamos 4 años como tengamos 40. Las aulas y sus encuentros corporales son irremplazables.

Daniela habla sobre el sentido de lo público y de las infancias hasta cuando cambia de tema. Aún con el dolor por la pérdida del mitológico Padre Bachi de Villa Palito, recuerda que este 2020 era un año de esperanza. El año en el que volvió la sensibilidad popular al fondo de la patria. Así eran las pasiones de enero. Pero llegó la pandemia y hubo que salir a cuidar a lxs pibes de una manera novedosa, sin poner el cuerpo.  

-Este año se puso en evidencia la profundidad de nuestro trabajo. Lo que no está contemplado y debe ser remunerado-. Y agrega: -El otro aspecto que se evidenció es que son las mujeres quienes ocupan los roles de cuidado en la comunidad por lo que el aprendizaje fue sostener el cuidado de nuestrxs hijxs, las tareas domésticas y el trabajo.

Viviana Postay es aguda en los temas centrales. Nacida y criada en Córdoba, formadora de docentes y multiegresada de la Universidad Nacional de Córdoba. Viviana trabaja como directora de una escuela de educación media en Villa Carlos Paz. Como en el resto de estos testimonios, pone sobre la mesa el asunto de la conectividad y la cuestión de género.

-A nivel trabajo docente es fundamental mostrar que se precarizó aún más esta profesión, ampliando brechas y desigualdades. Un cuerpo de medidas que deberían haberse tomado de forma más o menos inmediata es la disposición de wifi gratuito para todos los trabajadores de la educación y mínimamente una notebook adecuada para la escuela remota. Recordemos que la amplia mayoría de esta fuerza laboral somos mujeres: dimos clase mientras gestionábamos pañales, comidas, tareas de nuestros propios niños escolarizados, padres ancianos, enfermedades del entorno familiar.

Horacio confía en que la decisión del gobierno va hacia la distribución de la riqueza y cree en que los planes focalizados de desarrollo productivo, habitacional, de ingresos universales y tantas herramientas que se escapan a la comprensión de los legos tienen que tener prioridad en la agenda. Pero confía y cree no por la bondad de la providencia, sino porque comprende que en la historia los dirigentes han de estar o no a la altura de las demandas del pueblo y las organizaciones.

En síntesis, confía en el gobierno porque confía en la movilización popular.

-Nadie nos regalará nada-, dice en el cierre.  

El año de las evidencias

Viviana comparte que el 2020 es el año de las desigualdades. Entiende que nadie preparó a los gobiernos globales para esto pero se sí se puede ver la debilidad de la cartera educativa y la paralización de algunas expresiones sindicales. 

-Los gremios no estuvieron a tono con los reclamos en relación a estas necesidades mínimas que deberían haber sido cubiertas por el Estado si se pretendía que siguiéramos dando clase desde nuestros hogares- expresa, intentando dar respuesta a las preguntas iniciales.

Claudia Nieva es docente en el populoso barrio San Cayetano de Comodoro Rivadavia, la ciudad del orgullo ypefiano y del problemático boom petrolero. Su compañera en el testimonio es Patricia Rivera, maestra y comodorense también, delegada escolar de la Regional Sur de ATECH.

La provincia de Chubut desentona en la canción nacional que con altas y bajas mantiene un piso de garantías y un techo de problemas comunes, estructurales o pandémicos. Chubut es otro cantar, es como un país detenido en el tiempo, en el 2001.

-Hace unos días pensaba si recordaré la pandemia o la situación como trabajadora en Chubut durante la pandemia-. Patricia apunta de memoria las necesidades que son el producto de años terroríficos.

-De pronto comenzamos a vender comidas, hay compañeros trabajando de albañil o en carpintería, docentes que quedaron atrapados sin poder tomar un cargo, que en plena pandemia fueron desplazados porque se cumplieron los plazos de las suplencias.  Enfrentamos desalojos por que no podían pagar el alquiler, nos ayudamos como pudimos-, describe Claudia.

-He sufrido la pérdida de un ser querido que me cambió la vida. Me quedé sin aliento, y sin estabilidad económica, aislados, sin un centavo. Eso duele. En este año sentí tanta frustración y decepción de quienes nos gobiernan que me preocupa el futuro de nuestros estudiantes.

Chubut vive una profunda crisis desde el 2016. El estrangulamiento financiero de parte del gobierno central llevó a Das Neves a contraer una deuda externa sin precedentes. Cada regalía que ingresa a las arcas provinciales tiene destino de deuda. De este hito devino la destrucción del salario estatal y la respuesta represiva del hoy gobernador Mariano Arcioni. Todo esto sin mencionar que la pandemia en la provincia hizo estragos.

Por otro lado hay una trama más densa donde el pueblo organizado, con la Ley 5001 como escudo, discute el postulado de que la megaminería sea la única salida a esta paralización económica y social.

Patricia hace propia la denuncia del sector público: -El Estado provincial debe a lxs trabajadorxs estatales una cifra cercana a los 80 mil millones de pesos pero prioriza el pago a los bonistas. Como sucede en el orden nacional con la deuda externa producida por Macri, el gobierno renegocia la deuda y mantiene el mismo sistema de saqueo-.

-Así estamos en Chubut. Estamos en lucha hace más de tres años.

-¿Qué le diría al presidente? Qué no se olvide cuando pasó por Esquel y le dimos el manual “Hablemos de Megaminería”. Se le dijo que no es no, que los íbamos a estar observando. Le diría que gobierne para el pueblo y no para el poder económico, que esa política ya la está implementando Mariano Arcioni aquí, y que no va más.

Empezar por abajo

En 2020 se cumplieron 17 años del viaje iniciático donde Néstor Kirchner apareció en Entre Ríos y destrabó un conflicto de similar magnitud. Apenas asumido y con una elevada deuda salarial docente, realizó su primera acción de principios. La inyección financiera fue la síntesis de su comprensión histórica.

Las grandes problemáticas de este año se cuentan con los dedos de una mano, y son la evidencia incontratable que expuso el COVID-19. Nadie en el mundo tenía el decálogo para capear tamaño temporal. Si bien la cartera educativa fue armando una respuesta reparadora, parte de ello no llega a ser políticas en los cimientos. Hoy la escena escolar está a la intemperie aunque esta no sea una novedad.

Los problemas tienen desembocadura en un sitio: la financiación de la educación. Inversión en infraestructura, capacitación, jerarquización salarial. De a una por vez o todas juntas, pero trazando la línea divisoria entre el 2020 y el futuro. El ancho mar de todos los diagnósticos siempre tiene un puerto y es la determinación política. No hay hipérboles en esto: lxs docentes ya pusieron su parte. La escuela pide ser el punto de partida. Para no dormir el sueño de los justos: empezar por abajo es empezar por las aulas.

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