Esta selección de las grandes frases de la literatura universal, ilustradas por Lucas Nine, pretende ser algo más que algunas oraciones acompañadas por un dibujito: para su autor se trataría nada menos que de una “completa revisión de la escala de valores del canon literario”, aunque es cierto que reconoce “estar algo flojo de papeles” para emprender semejante tarea, “a lo sumo, alguna recorrida en las librerías de segunda mano, antes de que los dueños se aviven que estoy leyendo de parado y que no tengo un peso”. Con ustedes, algunas oraciones atrapadas al vuelo, seguidas por las imágenes que ellas sugieren al Sr. Nine.
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Fragmentos de Las patas en las fuentes, poema perteneciente al libro El Solicitante Descolocado (1971), de Leónidas Lamborghini
Leónidas Lamborghini (1927-2009) fue un poeta, escritor y dramaturgo argentino. Entre libro y libro trabajaba como obrero textil y periodista. El escritor Osvaldo Lamborghini era su hermano menor.
Lamborghini debutó en la literatura con El saboteador arrepentido, publicado en forma de «plaquette» precisamente en 1955, Año de la Bestia. Militante peronista, integró la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires durante el gobierno de Héctor Cámpora y entre 1977 y 1990 vivió exiliado con su familia en México. Murió en Buenos Aires el 13 de noviembre de 2009.
Es difícil estipular fechas en el caso de los poemas que componen el “Solicitante”, porque las piezas conocieron versiones previas, o se hallaban en constante proceso de reelaboración. Al menos, algo así he podido leer en la solapa. Estos fragmentos, ojeados a toda velocidad (el dueño de la librería viene en mi dirección) me sugieren un largo friso, ideal para instalar en el subte dado que Columnas de Trajano por acá todavía no tenemos. Que tomen nota las autoridades. Por cuestiones de formato lo partiremos en secciones, intercaladas con los textos a las que corresponden.
Las patas en las fuentes (fragmentos):
Antes de que el Gran Toro
sea coronado
-Yo soy la verdad
y la vida!
grité
montado en mi aberdeen angus
entrando a la Sociedad de las Vacas
Sagradas
pero siempre gana
el aberdeen
del señor Afano
y debes desasirte
del contorno social
me dicta
la cabeza del juglar
que le dictó el amigo del café
«si no te aniquilarás»
pero yo me seguí contorneando.
Aquí corren y corren
los adictos perseguidos
por los perseguidores
que son los
libertadores que
detrás de sus máscaras
todos perros
de imbéciles feroces
y estoy con la cabeza
metida en la cabeza
del adicto cabeza
y qué tiene
el adicto cabeza
en la cabeza
tiene
económicamente libres
y socialmente justos
tiene y tiene
políticamente soberanos
tiene el adicto
cabeza en la cabeza
-¡Y ése es un adicto cabeza!
dicen los libertadores
que son los
des-libertadores.
(…)
y había allí
manando sangre de muñones:
«somos los destrozados
los mutilados
la vida por
la vida por
cruzando la Gran Plaza»
cuando desde el cielo
la vida por.
llovió la muerte
cuando cruzaron
la vida por.
y a otros más vi
en ese callejón:
«y estábamos escuchando
tus noches Atenas en la radio
mientras jugamos a las cartas»
(…)
«y caímos adentro
en el basural
y también ahora sí
sabemos
que alguno se salvó
para contarlo»
-tus noches Atenas tus noches Atenas –
sencillamente
me contaron.
Buscando algo
no sé bien
en un país
que no se sabe.