BREVE HISTORIA DE “EL OBRERO GRÁFICO”

Por: Marcelo Ohienart

El trabajo de rescate del órgano de difusión principal de la Federación Gráfica Bonaerense, la agrupación sindical más antigua del país, permite conocer no sólo la historia del gremio, sino también sus lazos con la realidad política de cada época y su correlato en la conquista de derechos laborales.

Grandes historiadores y periodistas se ocuparon de escribir la historia del sindicalismo y del movimiento obrero. Y, sin embargo, quizás siempre hay un lugarcito más para agregar un nuevo condimento a lo ya contado. Aunque más no sea para refrescar la memoria.

La Federación Gráfica Bonaerense no sólo es la agrupación sindical más antigua del país, sino que está nutrida de grandes luchas y epopeyas, como así también de dignísimos dirigentes. Sin temor a equivocarme, digo que Raimundo Ongaro es su máximo referente sindical.

Repasemos entonces un poco su historia. En 1857 se crea en Buenos Aires la primera organización obrera del país, la Sociedad Tipográfica Bonaerense, una mutual que más adelante se convertiría en el primer grupo de trabajadores en realizar una huelga. Su ideario estaba guiado por el objetivo de defender los intereses de los operarios gráficos, propender al crecimiento del arte tipográfico, y, más ambiciosamente, imponer definitivamente la liquidación del sistema capitalista, una independencia social en donde todos fueran iguales.

Veinte años más tarde nace la Unión Tipográfica, siendo sus trabajadores los que en 1878 protagonizarían la primera huelga en la historia de nuestro país. Los reclamos: salario digno, reducción de la jornada laboral y, una vez más, la conquista de un mundo sin opresores ni oprimidos. No fue hasta 1906 que una nueva huelga, declarada por los gráficos, consiguió un convenio colectivo que conquistó nuevas condiciones de trabajo: la regulación de las jornadas laborales, salarios mínimos y la categorización de los distintos oficios del gremio, manteniendo su lucha tradicional contra el capitalismo.

El 3 de mayo de 1907 nacía la Federación Gráfica Bonaerense y, junto con ella, su principal órgano de difusión: El Obrero Gráfico. Un trabajo enorme de la Secretaría de Prensa y Cultura de la Federación nos permite hoy releer esos ejemplares a partir de su digitalización y ver con mayor precisión su rica historia. Para armar la colección fueron determinantes los números de la Biblioteca Obrera Juan B. Justo y el archivo personal de Raimundo Ongaro, que resguardó su familia, como así los que supo guardar la propia obra social de la federación. El Obrero Gráfico se editó desde 1907 hasta el golpe de Estado de 1976.

El 3 de mayo de 1907 nacía la Federación Gráfica Bonaerense y, junto con ella, su principal órgano de difusión: El Obrero Gráfico. Un trabajo enorme de la Secretaría de Prensa y Cultura de la Federación nos permite hoy releer esos ejemplares a partir de su digitalización y ver con mayor veracidad su rica historia.

La recopilación de ejemplares realizada hasta hoy llega al año 1954. Los períodos posteriores (ambos en proceso de digitalización) fueron clasificados en dos grupos: 1956-1966 y 1967-1975. El primero comprende el período del retorno de la Lista Rosa (socialista) a la conducción del gremio con la Verde como principal oposición. Son los años post golpe de estado de la Revolución Fusiladora, cuando emerge la figura de Raimundo Ongaro. En el segundo grupo, la lista Verde es la nueva conducción, surge la CGT de los Argentinos y se reflejan los hechos que llevaron a la disolución de la Federación Gráfica y al exilio del propio Ongaro.

El período comprendido entre los años 1913-1926 se materializó por el préstamo de la Biblioteca Obrera para su digitalización. En este segmento hay secciones en los ejemplares que se repiten. Tal es el caso de la sección “Por los talleres”, en la que se comentan los pormenores de los lugares de trabajo; y también del detallado análisis de balances y rendiciones de cuentas, presente en casi todos los números.

Los ejemplares entre los años 1933-1936 tienen la particularidad de haber pertenecido a Ongaro y en ellos se pueden observar las marcaciones personales que hacía Raimundo en las distintas notas. Se observa la preocupación por el crecimiento del fascismo, la problemática española y de Europa central en general. Son las épocas de temas como la aplicación de la Reforma del Código de Comercio, vigente hasta el año 1974, reemplazada por la Ley de Contrato de Trabajo. También son los años de disputas internas, como el enfrentamiento con la Unión de Linotipistas, Mecánicos y Afines, entre otras cuestiones.

Los ejemplares entre los años 1933-1936 tienen la particularidad de haber pertenecido a Ongaro y en ellos se pueden observar las marcaciones personales que hacía Raimundo en las distintas notas.

La guía del período 1940-1942, también perteneciente a Ongaro, destaca la creación de la FATI, la primera organización a nivel nacional de los gráficos, como también la preocupación por el crecimiento del nazifascismo en tanto se produce la invasión a la Unión Soviética. Por su parte, los ejemplares entre los años 1944-1946, pertenecen al surgimiento en la escena política nacional del entonces coronel Juan Domingo Perón, quien ocupaba el cargo de secretario de Trabajo y Previsión. Con un marcado ideario socialista, la FGB tiene activa militancia opositora: trata de mostrarse “independiente”, al menos en los ejemplares impresos, y no convoca a la Marcha de la Constitución y la Libertad, por ejemplo, y menos a votar por la Unión Democrática.

En la colección de El Obrero Gráfico entre los años 1948-1954 se suceden cambios radicales. Es que en las elecciones internas de 1947 se impone la Agrupación Laborista, encabezada por José Dursi -de marcada posición peronista- desplazando a la conducción socialista. Desde las páginas se evidencia el enfrentamiento al leerse las notas contra la aparición de afiches de Perón y Evita en las paredes del sindicato. Y, por último, como bien relata la pagina web de la FGB: “Uno de los puntos fuertes es la huelga gráfica de 1949 liderada por militantes socialistas y comunistas. Aquí encontraremos los prolegómenos al conflicto (las dificultades de la conducción peronista de implementar su ambicioso proyecto de Estatuto del Obrero Gráfico frente a la intransigencia patronal) y sus consecuencias (la renuncia de la conducción peronista y la intervención del gremio por parte de la CGT). También asistimos a la formación de la Federación Gráfica Argentina, que a través del Convenio de 1950 (en cuya sanción aparece señalado el importante rol de Evita) unificó las condiciones de trabajo y los salarios de los gráficos de toda la Argentina e incorporó importantes conquistas. Asimismo, durante esta etapa se concretaron numerosas obras para el gremio. A través de estos ejemplares podremos seguir las vicisitudes de los dos primeros gobiernos del general Juan Domingo Perón que marcarían a fuego la historia de nuestro país”.

Para finalizar, nos quedamos a la espera de la concreción de este gran trabajo de rescate histórico que están llevando adelante desde la Federación, para poder seguir conociendo, recordando o descubriendo la vida del gremio atravesado siempre por la realidad política de cada tiempo.

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