«POR UN FUTURO EN COMÚN»: DIÁLOGOS SOBRE ECONOMÍA COOPERATIVA, POPULAR, SOCIAL Y SOLIDARIA

Por: VV.AA.

La cooperativa Huavití publicó un libro con el que apuesta a sumar al debate sobre las distintas experiencias de la economía colectiva a través de entrevistas a 18 referentes y referentas del sector: del “Gringo” Castro a Verónica Gago, pasando por Paula Abal Medina, Ariel Guarco, Alex Roig y Eva Verde, entre muchas otras voces. Nación Trabajadora comparte una reseña de la publicación, con la esperanza de que sea la puerta de entrada a un panorama completo sobre la manera en que se conciben hoy otras formas de vivir.

El libro “Por un futuro en común” pretende aportar una serie de herramientas y propuestas concretas para avanzar en los debates sobre el estado actual y el porvenir de la economía social, solidaria, comunitaria y popular en la Argentina, a partir de la palabra de sus protagonistas. 

¿Cuál es el recorrido de los diferentes actores que hoy dan vida a este campo? ¿Cuáles son las trayectorias de la multiplicidad de experiencias que se piensan y encaran para construir otras formas de vivir la economía y la comunidad? ¿Cuáles y cómo son los vínculos entre la diversidad de actores que integran el mundo de la economía popular, social, solidaria? ¿En qué momento se encuentran y cuál es la proyección en la construcción del sujeto(s) de “otra economía”? ¿Cuál es el rol del Estado y las políticas públicas?

En el transitar de las entrevistas se puede observar, sentir, vivenciar y reflexionar acerca de las diversas experiencias de vida, de militancia, de trabajo colectivo, de transformación territorial. Cada voz nos deja un surco para vivir y conocer cómo se trabaja en los más diversos rubros de producción y comercialización de bienes y servicios. Cada voz es la posibilidad de tener una mirada acerca de la trama organizativa, política, académica, social y de los profundos lazos solidarios que hacen de esta forma de vivir la economía un campo cada vez más amplio y lleno de posibilidades de crecimiento. Todas y cada una brindan evidencia acerca de la potencia que irradia la economía popular, social y solidaria.

Cuando uno va, viene y vuelve en los textos, queda claro que este gran campo se consolida cada vez más como una verdadera opción económica, política, social; que es alternativa y es disputa de sentidos a la forma tradicional de la economía. Es una manera de organizarse para garantizar el acceso a productos y servicios allí donde el mercado neoliberal se desinteresa. También una forma de generar trabajo para quienes ese sistema deja fuera de manera creciente como consecuencia inevitable de las actuales características de financiarización, concentración, mecanización y transnacionalización. 

La economía popular, social y solidaria es un camino, una elección, una decisión política. Una manera de hacer las cosas, de luchar, de reclamar, de organizarse, de relacionarse, de hacer amistades, de convivir, de conocerse y reconocerse, de generar comunidad. Es una forma diferente de transitar la vida y crearnos una mejor.

Por ese motivo se han seleccionado a distintas personas que puedan hablar desde sus prácticas en el territorio, en las organizaciones, en el Estado, representando una diversidad de miradas políticas, de aproximaciones conceptuales, de sistematizaciones hechas a partir de recorridos diferentes. Todo con criterio y abordaje federal, abarcando la riqueza y la pluralidad que nos brinda nuestro país. 

El secretario general de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, Esteban Castro, más conocido como el “Gringo”, habla acerca de la construcción de este primer sindicato conformado por los movimientos sociales. Brinda sus definiciones acerca de “lo territorial” y “lo popular” y analiza las nuevas dinámicas del mundo del trabajo ante la concentración del capital. “El sistema actual expulsa de la formalidad del trabajo cada vez a más gente. Y ese pueblo se organiza, estudia y participa de nuevas formas de trabajo”, explica. Según la mirada de Castro, ese trabajo comunitario y esa forma de construir que tiene el pueblo más humilde “te sana del individualismo”. En esa línea, subraya la importancia de la figura del Papa Francisco para tender puentes entre el movimiento obrero tradicional y los nuevos movimientos sociales. 

“Concebimos el desarrollo del cooperativismo como parte de una política de desarrollo nacional al que podemos hacerle aportes fundamentales en términos de equilibrio territorial, igualdad, democracia económica, desmonopolización de los mercados o democratización del sistema financiero”, afirma Ariel Guarco, el dirigente argentino que preside la Alianza Cooperativa Internacional, la federación que representa a las cooperativas a nivel global. Proveniente del cooperativismo de servicios públicos de la provincia de Buenos Aires, Guarco traza un amplio mapa del aporte que realiza la economía social a nivel nacional y aporta ejemplos exitosos en la Argentina y en el mundo.

Actual vicepresidenta del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), socióloga e investigadora del CONICET, Paula Abal Medina brinda un análisis del devenir del mundo del trabajo y las formas de precarización en las últimas décadas; contribuye con su perspectiva acerca del vínculo entre los gobiernos kirchneristas, las organizaciones de la economía popular, el movimiento obrero y la Iglesia Católica. Y manifiesta la necesidad de generar un nuevo sistema de seguridad social para los trabajadores de la economía popular. “Hay que construir una mesa de negociación entre los intendentes, las cámaras empresariales y los estados provinciales para dar un sistema de protección a quienes hoy no lo tienen”, propone para avanzar en ese objetivo.

“Hay que abandonar el concepto del Estado liberal que separa al Estado de la sociedad. Los grandes dramas de nuestra sociedad tienen que ver con esta separación”, dispara Alex Roig, actual titular del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), y enfatiza la necesidad de articular las acciones del Estado con las organizaciones libres del pueblo. El objetivo, sostiene, es pasar de la idea de “política pública” al concepto de “acción pública”. En esa línea, expone las tareas que viene encarando el INAES para masificar el acceso al crédito a través de mecanismos tejidos junto a las propias cooperativas y mutuales.

Desde la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), Juan Pablo Della Villa explica las estrategias que pusieron en marcha y que permitieron el crecimiento rápido y a escala nacional de la organización en pocos años. Con una mirada de futuro, habla acerca de las alianzas que generaron con otras organizaciones y pymes para avanzar en el desarrollo de un sistema agroalimentario nacional. “Necesitamos un gran programa donde podamos repensar las zonas productivas, las estacionalidades. Que el plan de abastecimiento de alimentos sea con acceso a la tierra, con aplicación de tecnología, con acceso al agua y con desarrollo de la agroecología”, expresa.

El Movimiento Nacional Campesino Indígena Somos Tierra integra -junto a la UTT, FECOFE y otras organizaciones- la Mesa Agroalimentaria Argentina. Una de sus referentes es Natalia Manini, ingeniera agrónoma de la UST Cuyo. Desde Jocolí, provincia de Mendoza, habla sobre el rol de los movimientos campesinos en el desarrollo de sistemas de producción con perspectiva agroecológica y sobre la lucha por el acceso al agua y a la tierra. “Nuestro movimiento campesino está en un camino esperanzador. La Mesa Agroalimentaria nos permite avanzar en la idea del alimento como un derecho”, alienta.

“Tenemos que animarnos a más, tenemos que creernos lo que somos. El desafío más grande del cooperativismo es unirse y trabajar en conjunto. Ver el potencial y creernos ese potencial”, afirma Juan Manuel Rossi, presidente de la Federación de Cooperativas Federadas (FECOFE). Desde Jovita, bien al sur de la provincia de Córdoba, destaca el papel fundamental que tienen las cooperativas en los pueblos y en las pequeñas y medianas ciudades de provincia como motores del desarrollo local y las economías regionales. Asimismo, abre una serie de debates acerca del rol del Estado para impulsar políticas públicas de largo plazo que propicien el acceso al crédito y el fomento de la producción.      

La Red de Alimentos Cooperativos reúne a productores de la agricultura familiar y la economía solidaria y genera canales de comercialización propios con el objetivo de avanzar en el camino de “cooperativizar la cadena agroalimentaria”. Dos de sus referentes, Pedro Cerviño y Miguela Varela, exponen las estrategias que desarrollan desde esta red nacional para dar mayor volumen y ampliar los mercados para la agricultura familiar. También dan cuenta del concepto de “precios justos”, que respetan el lugar de los productores en la cadena de valor y salen de las habituales especulaciones financieras. “A una mayor escala, los costos de logística y de producción serán más baratos. Entonces, si se fortalece la agricultura familiar y la economía solidaria, podríamos ser un factor de referencias de los precios y lograr que precio barato y precio justo coincidan”, explican.

Los obstáculos y desafíos de la comercialización de la economía popular son los ejes de la entrevista con Eva Verde, quien fue una de las impulsoras del Mercado de Consumo Popular (MeCoPo) que lleva adelante el Frente Popular Darío Santillán y que actualmente coordina el programa Mercados de Cercanía en la órbita de la Secretaría de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. “La organización territorial es la clave para generar autonomía, para generar emancipación, para generar conciencia en los territorios y poder problematizar nuestra realidad. Lo que queremos es poder pensar modelos alternativos de sociedad”, sintetiza. Verde destaca también el lugar de la comunicación –“el ABC de todo”- en la construcción de los imaginarios sociales y de los deseos populares.

Cartonera y actual titular de la Dirección Nacional de Reciclado en el Ministerio de Desarrollo Social, María Castillo explica la importancia de las políticas de recuperación de residuos y reconstruye los procesos de lucha de los cartoneros en la Ciudad de Buenos Aires hasta alcanzar un sistema de trabajo innovador. “Para mí, el reciclado no fue solamente un empleo, sino que representa ir en busca del reconocimiento y la legalidad de un trabajo. Es un concepto que no excluye, sino que integra socialmente”, define. También habla acerca de las acciones que están impulsando desde su Dirección con la creación de Eco-Puntos junto a los gobiernos municipales. 

Francisco Martínez también combina su experiencia en la economía de los trabajadores, la militancia social y la experiencia en la gestión pública. Es uno de los socios fundadores de la Cooperativa Textiles Pigüé -una empresa recuperada luego de la quiebra de Gatic- y hoy es el secretario de la Comisión de Empresas Recuperadas del INAES. Martínez analiza el crecimiento de la cooperativa como generadora de fuentes de trabajo y marca como pilares del funcionamiento de la fábrica la productividad, la eficiencia y la formación de las y los nuevos trabajadores. Ante la crisis del mundo del trabajo a nivel global, propone la necesidad de un nuevo marco jurídico y de financiamiento para las empresas recuperadas. “El mercado nunca va a indicar nuestra suerte: jamás se lo vamos a permitir”, asegura.

Chilavert Artes Gráficas es otra pionera de las empresas recuperadas en la Argentina. Uno de sus dirigentes, Plácido Peñarrieta, reconstruye la etapa de la toma y el posterior surgimiento de la organización cooperativa. También pone el foco en las condiciones laborales y de seguridad social de los trabajadores de estas fábricas. “Tenemos que ser la tercera opción, luego de la economía privada y la pública. Dentro de ese 33 por ciento posible, tiene que entrar todo el mundo: los autogestionados, la economía social, las cooperativas”, explica con mirada integradora.

La necesidad de generar una ley nacional para la economía social es uno de los ejes centrales de la entrevista con Luis Precerutti, uno de los impulsores de los Bancos Populares de la Buena Fe bajo los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y actualmente a cargo de la Secretaría de Economía Social en la provincia de Entre Ríos. “Si no hay un Estado presente y promotor y que fortalezca la propuesta de la economía social, el libre mercado asegurara que muera todo aquello que no favorezca a los monopolios u oligopolios o grupos concentrados de poder económico que sólo busca maximizar sus ganancias”, sostiene al dar cuenta de la importancia de los procesos de construcción de las políticas públicas. Afirma que tales procesos deben surgir de manera participativa, junto a los distintos actores de la comunidad.

Cruzando el río Paraná, en la ciudad de Rosario, entrevistamos a Caren Tepp, una de las fundadoras del Movimiento Giros y concejala desde 2015 por el partido Ciudad Futura. Con una mirada crítica de las lógicas neoliberales enquistadas en los diferentes niveles del Estado y con la convicción de que es el territorio el que organiza, propone el trazado de caminos comunes: “El movimiento social y territorial de la economía popular, más el movimiento ambientalista y el movimiento feminista tienen que evitar las luchas fragmentadas, sectoriales, y tener la capacidad de articular un proyecto común, más allá de las identidades partidarias y políticas de cada uno”.

Con gran experiencia en la gestión pública, el Secretario de Desarrollo Social de la Municipalidad de San Martín, Oscar Minteguía, brinda una definición potente acerca de la economía popular: “Es la reacción espontánea de la gente para no morirse. Y pone en el centro al ser humano y sus vínculos y la armonía de esos vínculos”. En el diálogo enfatiza el rol del Estado integrando, organizando, financiando la economía popular. También manifiesta la relevancia de las batallas culturales y simbólicas para potenciar a los productores de la economía solidaria y abrir debates acerca de cuestiones centrales para el futuro del trabajo, como la implementación de un ingreso universal o el acortamiento de la jornada laboral.

Docente, investigadora, editora y militante feminista, Verónica Gago analiza el recorrido de los movimientos sociales luego de 2001, al que define como un momento fundante de la lucha colectiva. También reflexiona acerca de los cruces entre la economía popular y los feminismos; y entre la economía popular y el movimiento sindical. Gago reivindica los procesos comunitarios de autogestión: “La autogestión no implica no recibir recursos del Estado, sino tener la capacidad de autodeterminar cómo se utilizan esos recursos o de ejercer, por ejemplo, un poder de veto frente a ciertas lógicas de prestación obligatorias”.

“Estamos luchando contra aquellos que nos imponen formas de vida que no queremos a través de los medios de comunicación hegemónicos y sus herramientas digitales. A eso, le oponemos otra forma de producir apostando al asociativismo, donde el objetivo no es la ganancia sino la reproducción de la vida”, dice Valeria Mutuberria, quien coordina el Departamento de Economía Social, Cooperativismo y Autogestión del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. En la entrevista, pone en valor la potencia del cooperativismo y sostiene la necesidad de generar un sistema de información propio para medir las riquezas y las relaciones que genera la economía social, solidaria y popular.

El libro es una invitación a pensar sobre las prácticas para, desde allí, seguir proyectando acciones, generando estrategias y concretando proyectos. Se trata de reflexionar con mirada abierta, lejos de las certezas y sin ningún tipo de dogmatismos. Es, también, el primer libro de una serie que comienza a producir la Cooperativa Huvaití, un colectivo comprometido con la economía social y popular, que tiene la pretensión de enriquecer desde la comunicación comunitaria y estratégica a la construcción de este campo.

Sobre la Cooperativa Huvaití

Fue fundada en 2014 con el objetivo de forjar espacios de trabajo, de formación, de generación de vínculos y de gestación de herramientas de comunicación y procesos asociativos entre los campos de la economía social y solidaria, la comunicación, la cultura comunitaria y los derechos humanos.

Está formada por docentes e investigadores universitarios y especialistas en comunicación para la economía social, solidaria y cooperativa, la comunicación institucional, la comunicación estratégica, la comunicación para las organizaciones sociales y el periodismo.

Equipo de trabajo: Washington Uranga (presidente), Natalia Aruguete, Manuel Barrientos, Paula Faedi, Walter Isaía, Mauro Limas, Juan Manuel Luna, Paula Sansone, Leonardo Seoane, Teresita Vargas y Clarisa Veiga.

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