LOS TRANSPORTISTAS INDEPENDIENTES PIDEN QUE LOS ESCUCHEN

Por: Mariano Abrevaya Dios

Son quinientos de todo el país y hasta la irrupción de la pandemia vivían de sus micros, combis y fuerza de trabajo. En su gran mayoría trabajaban con el turismo, hoy paralizado. Se organizaron y puntearon un petitorio con medidas y propuestas. Los recibieron pero no les dieron ninguna solución. Piden ATP para todos, flexibilizaciones fiscales para no perder las habilitaciones y que los escuche alguien que conozca el paño. Foto: Gala Abramovich.

Se sabe: la pandemia está produciendo muchos problemas económicos. Todos los sectores están sufriendo en mayor o menor medida la caída de la actividad, que ya lleva más de tres meses, aun cuando estén recibiendo ayuda del Estado nacional, o los provinciales. En algunos rubros, como el turismo, el cese de tareas es casi total. Dentro de ese universo están los transportistas de micros y combis que trabajan por su cuenta.

Unos quinientos se organizaron para visibilizar la delicada situación que están atravesando, en especial en el AMBA, pero también en el resto del país. Se dedican al transporte de pasajeros en minibus, o micros habilitados por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), tanto en el turismo como en la actividad denominada Oferta Libre (esto es por ejemplo viajes hacia o desde los aeropuertos, viajes contratados, charters, o el turismo urbano);  también hay algunos transportistas con habilitación provincial.

Ellos estiman que en total, entre los dueños y dueñas de los vehículos, las y los choferes, algo de personal administrativo, limpieza y mecánicos, suman unas 1.500 familias.

“La crisis por la pandemia hizo que nos uniéramos para tratar de trabajar juntos”, explica Carina Massarelli, dueña de la empresa familiar ABC Tours SRL de la Ciudad de Rosario, y vocera del colectivo de transportistas.

Ella tiene dos Mercedes Sprinter para 19 pasajeros, y dos choferes, aparte de una familia numerosa, y muchas deudas. Hasta la irrupción de la pandemia, trabajaba como contratada para hacer viajes para una empresa, y aparte hacía turismo. Hace tres meses que no factura un peso.

Ni bien hicimos contacto con ella nos pasó una gran cantidad de información: textos, fotos, videos, audios, y a una velocidad que puso de relieve la urgencia que están viviendo ella y el resto de las familias que hasta el 20 de marzo vivían de sus vehículos y su fuerza de trabajo.

En su gran mayoría son empresas familiares, de dos o tres miembros (padres e hijos, matrimonios, hermanos), y en muchos de los casos son ellos mismos los choferes; en el caso de los emprendimientos con mayor o espalda, pueden tener a su cargo uno, dos o tres choferes.

El sector de transportistas estima que en total, entre los dueños y dueñas de los vehículos, las y los choferes, algo de personal administrativo, limpieza y mecánicos, suman unas 1.500 familias.

La emergencia

El colectivo de transportistas se puso en movimiento en abril, alarmados por la coyuntura sanitaria y económica. Puntearon una serie de propuestas y las convirtieron en un petitorio.

Como máxima, piden que se decrete la emergencia económica del sector; principalmente, para tomar aire con respecto a las deudas impositivas que comenzaron a acumular, y que en algunos casos ya llevaron el agua hasta el cuello.

Aparte, proponen que les permitan dejar de pagar las tasas de transporte (por lo menos los que no están pudiendo trabajar); pleno acceso al Programa Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), y no solo una parte (a muchos se los rebotaron); también solicitan que se les posterguen los vencimientos de la AFIP y las declaraciones juradas hasta que reactive el sector, y que en 2020 no tengan que pagar el anticipo de ganancias ya que “no vamos a tener ganancias”, aclara Carina.

Carina agrega que “una vez que se reactive la actividad, pedimos que se pongan planes de pago al 0% de interés, ya que los transportistas que no paguen sus obligaciones fiscales por razones de fuerza mayor, van a necesitar ayuda para ponerse al día”.

Piden que se decrete la emergencia económica del sector; principalmente, para tomar aire con respecto a las deudas impositivas que comenzaron a acumular, y que en algunos casos ya llevaron el agua hasta el cuello.

Fue en 2018 que la CNRT cambió su normativa y comenzó a exigir que los transportistas se inscriban por medio de formas jurídicas como la SRL, las SAS o la SA, y ya no como empresas unipersonales, un hecho que perjudicó en especial a los más chicos, que en muchísimos casos son un emprendimiento, justamente, compuesto por una sola persona, que es dueño y también el choferde su vehículo.

Carina anotó a su madre como socia gerente.

Muchos de los transportistas están nucleados en la Cámara Argentina de Transportes, Turismo y Oferta Libre (CATTOL), un espacio que reúne a pequeños transportistas y que se conformó, justamente, en 2018, ante la falta de representatividad que había en el sector, y en un momento en el que la crisis económica, producto del plan de ajuste de Macri, ya se sentía fuerte en la calle.

Otro punto importante: le piden al Ministerio de Transporte y a la CNRT que prorroguen sus habilitaciones por un año, o que les permitan renovar sus habilitaciones sin exigirles el trámite de Libre Deuda de la AFIP, ni el pago de tasas. “Es sentido común: hoy al Estado esto no le sale un peso, y a nosotros nos permite seguir habilitados para trabajar”, explica la rosarina.

Una foto: Alfredo Melero es de San Justo (Santa Fe), tiene 55 años y junto a su compañera Viviana Giordanino, de 52, tienen una SAS. Se dedican al transporte de personas con un minibús para 24 pasajeros. Ellos mismos son los choferes. Arrancaron la actividad en 1996, como monotributistas. En marzo de 2018, por exigencia del gobierno de Macri, formaron la empresa Vi-Lau Turismo SAS. Hasta hace tres meses vivían del turismo, y el transporte de deportistas, academias folklóricas, coros y congresistas, entre otros.

Hace dos meses entregaron su petitorio en la Subsecretaria del Transporte, en la CNRT y hasta en la Quinta de Olivos. Recién cuando organizaron una marcha en CABA, el 11/5, los recibió el director nacional de Transporte Automotor de Pasajeros (Subsecretaría de Transporte), Ignacio Olocco, quien les dijo que iba a analizar todos los problemaspero los dejó en banda. Ellos creen que al hombre el cargo le queda grande.

Hasta fin de mayo, solo un 14 por ciento de los transportistas había cobrado los ATP. Entonces hubo juntadas en varios puntos del país, como Santa Fe, La Plata, Carlos Paz-Córdoba. A partir de junio muchos otros comenzaron a recibir la asistencia oficial para pagar sueldos.

La Unión Transporte Automotor (UTA), el gremio en el que están afiliados algunos transportistas, no les dio apoyo hasta ahora. Por lo bajo, ellos comentan que a más de uno le dijeron que si tienen que vender un vehículo para poder pagarle a sus empleados, que lo hagan.

Ayer miércoles 15 de julio, los transportistas participaron de una gran marcha federal que se realizó junto a otros sectores del sector turístico. La iniciativa tuvo réplica en 25 localidades del país (Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Neuquén, San Luis), y en todos los casos exigieron una ley de emergencia económica para el sector turístico. En algunos casos entregaron un petitorio en las casas de gobierno provinciales, en otros se manifestaron en puntos céntricos de la Ciudad o pueblo. En el caso de la CABA, los pedidos de auxilio y propuestas se entregaron en el Ministerio de Tranporte de la Nación. La consigna unificada, en todo el país, fue «Turismo somos todos».

Ayer miércoles 15 de julio, los transportistas participaron de una gran marcha federal que se realizó junto a otros sectores del sector turístico. La iniciativa tuvo réplica en 25 localidades del país.

Otra foto: Javier Sánchez es el titular de la empresa PUREHUEK SRL, instalada en San Nicolás de Los Arroyos, provincia de Buenos Aires. Junto a su esposa tienen una SRL, una vez más, por exigencia, en 2018, de parte de la CNRT, para acceder a la habilitación.  Tienen dos choferes y dos unidades, y su actividad está relacionada en un 90% a los viajes de delegaciones deportivas y culturales.  “Estamos sin trabajar desde que se declaró el aislamiento social y obligatorio”, lamentan.

Detrás de la voz rasposa de Carina, en los audios de WhatsApp se escuchan los ladridos de un perro, o varios. También la voz chillona de más de una criatura. A ella se la escucha acelerada y contesta todas las preguntas a la hora que sea. A pesar de los instrumentos que ofrece el gobierno para amortiguar el golpe de la pandemia, ella cree que solo se están ocupando de “los de arriba y los de abajo, y no así de los que estamos en el medio”.

Tercera y última foto: Gustavo Mon es socio gerente de su propia SRL, está pagando la cuota de la camioneta Van, más el seguro, por estar en un plan de ahorro, y al ser el único que trabaja en la familia, ahora en junio cuenta que ya está ahogado y que no podrá pagar la cuota. “No tengo empleados, pero somos cinco en casa, y solo recibimos el ATP de un sueldo. Pero los impuestos siguen llegando, y la mitad del ATP los ponemos en esos gastos. En su caso se dedican al turismo y a la logística en la industria del cine.

Ya bajaron la persiana tres grandes de empresas de Charter: Castelar Bus, San Vicente Express y Lim, y Carina cuenta que en los grupos de Whatsapp y Facebook de los transportistas, está lleno de avisos de venta de camionetas y micros. Aparte, cuenta que ”están los que comenzaron a hacer fletes, vender productos químicos, e incluso poner una verdulería, y hay otros que están llevando y trayendo mercadería para Mercado Libre”.

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